Tal y como estaba previsto, visitamos las cruces de Bonares, y vaya si merecio la pena, solo el hecho de ver el esfuerzo realizado por el pueblo para lucir sus Cruces, conservar su tradición, merece la pena, uno no puede por mucho que le digan imaginarse el trabajo artesano que lleva
Aparte de que con las personas que
pudimos hablar observamos ese
entusiasmo que se refleja en los
resultados, recorrimos el pueblo y nadie manifesto su cansancio.
Comimos en Bollulos en casa del Abuelo Curro, por indicación de Carlos y muy bien, con un personal muy atento, creo que podemos decir que la actividad resulto mas que bien
El perrillo tambien es bonaerense
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